miércoles, 12 de junio de 2013

No hay caso con levantarse temprano.


Si hay algo en esta vida que me cuesta pero un montón, es tener que levantarme temprano. No hay caso. El despertar por la mañana, siempre fue un show, porque hasta como 6to básico, mi papá (que me iba a dejar al colegio) me levantaba y yo prácticamente me vestía durmiendo. Con el tiempo la cosa no fue mejorando, y el rito de levantarse incluía el gritito típico de "maria paaaaz levaaaantateee!!!" de mi madre quien vociferaba desde su pieza. 
Mala cosa. Mi problema no sólo se reducía a que me costara levantarme, sino que también era re lenta para vestirme, peinarme, tomar desayuno.

Cuando entré a la U la cosa mejoró un poquitito. Me hice amigaza del café con leche, porque era la UNICA forma de que se me pasara el tuto. Ni el horario de clases me ayudaba, ya que siempre tuve la mala cuea de tener clases a las 8am (salvo el año del terremoto en que por razones de política universitaria todas las clases partían a las 9). 
La primera clase de la mañana era la que sufría, ya que en la mayoría de los casos, era de las que patudamente entraba cuando la clase ya había comenzado, tratándo asi como que no se notara tanto la cosa, intentando pasar piola. Pero no, el maldito sonido de la puerta me jugaba más de una mala pasada.

En fin, espero, o mejor dicho, DEBO hacerme el ánimo y mentalizarme a apurar la causa por las mañanas. Aunque me cueste, aunque me de frío, aunque tenga sueño. No y no. Total, al que madruga, Dios le ayuda. O no?

Y ustedes, sufren al tener que levantarse temprano?

No hay comentarios:

Publicar un comentario